Siempre había oído hablar muy bien de ti pero nunca había tenido ningún interés especial en conocerte. Un día por casualidad, te conocí y lo supe al instante. Me había enamorado. Fue amor a primera vista, simple, sencillo y maravilloso. Siempre había oído habla de ese sentimiento pero nunca lo había experimentado, pensaba que los que hablaban de él exageraban. Aquel primer paseo, en la gélida noche a la luz de las farolas, bastó para que yo cayese rendida a tus encantos. Me acosté creyendo que eras un sueño, pero a la mañana siguiente, al volver a verte, no tuve más dudas: eras tú, siempre te había estado esperando a ti.
Han pasado varios años de aquel primer y fugaz encuentro. Después de aquello hice todo lo posible por volver a ti, y lo conseguí. Lo dejé todo por ti, pero el destino nos jugó una mala pasada y te tuve que abandonar. Desde entonces el simple susurro de tu nombre trae a mi cabeza mil recuerdos de momento felices, pues los tristes quedan escondidos en un polvoriento rincón de mi memoria. Hay días que te echo tanto de menos que si pienso mucho en ti se me saltan las lágrimas y me es inevitable pensar que había sido de mí si nunca me hubiera vuelto. Me da miedo que cuando vuelva a verte, sea para ti solo una visitante extraña más…
Aun así estoy deseando hacerlo porque tú has sido capaz de conquistarme de una manera especial y mágica. Tú que siempre tendrás un hueco en mi corazón, Roma…
*Mi mancano le tue strade, il tuo odore, le tue luce, la tua gente... me mancano tante cosse,me manchi tu, e non smetterò mai di dirlo.Ti amo Roma